Vinieron a Mar del Plata con la misma energía con la que se suben cada noche al escenario, a sala llena, para hacer “¿Quién es quién?”, otro éxito para sus extensos currículums. Soledad Silveyra y Luis Brandoni tienen muchísimas temporadas teatrales a cuestas, pero en 2026, por primera vez compartirán teatro, con una obra que
Vinieron a Mar del Plata con la misma energía con la que se suben cada noche al escenario, a sala llena, para hacer “¿Quién es quién?”, otro éxito para sus extensos currículums. Soledad Silveyra y Luis Brandoni tienen muchísimas temporadas teatrales a cuestas, pero en 2026, por primera vez compartirán teatro, con una obra que combina humor, ternura y un retrato lúcido de los vínculos de pareja.
Antes de cerrar el ciclo de funciones porteñas, descansar y prepararse para el reestreno -el 2 de enero en el Teatro Atlas, con entradas a la venta desde el 26 de noviembre- vinieron a presentar la propuesta, adelantar detalles -sin spoilear- y, como bromearon con LA CAPITAL, a hacer una encuesta: “¿Se queda o se va?”
En ese marco, se explayaron sobre el fenómeno teatral que viven, la complicidad entre ambos, el pulso del público, el futuro del teatro y la convivencia y el respeto más allá de las diferencias.
“Suponemos que estamos en condiciones de, en una de esas, hacer un éxito. Lo que sería una dicha enorme para todos nosotros. Y para el público, porque eso significa que lo va a pasar bien y va a festejar con un aplauso nuestra tarea. Eso es lo más lindo que nos puede pasar” confió Brandoni, desde el set para entrevistas que se montó en el Hermitage Hotel. A su lado, Solita, apuntó que “venimos de una experiencia maravillosa en Buenos Aires, donde la gente nos sigue acompañando después de diez meses de hacer la obra con un éxito increíble. Y, gracias a Dios, también otras compañías. Porque eso también hay que decirlo: es increíble cómo se ha volcado la gente este año al teatro. Así que muy felices por el éxito de todos nuestros compañeros y, obviamente, muy felices por el nuestro. Esperamos que en Mar del Plata se repita la magia que se nos dio en Buenos Aires”.
-¿Puede decirse que son una pareja explosiva arriba del escenario… y debajo también?
Leé acá la nota de la confirmación de “Quién es quién” para la temporada de verano 2026.
-Soledad Silveyra: Bueno, eso queda a criterio del público.
-Luis Brandoni: No me atrevería a decir que somos explosivos.
-Silveyra: Yo tampoco… me da miedo (risas).
-En la obra interpretan a un matrimonio con muchos años de convivencia. ¿Cuál es la chispa de esa rutina que cambia todo?
-Silveyra: ¡Alalá! Qué difícil de contestar. A ver, Beto, ¿cuál es la chispa que provoca esta situación? ¿Cuál es la chispa del matrimonio?
-Brandoni: Lo que le pasa al otro matrimonio… sí, lo que le pasa al otro matrimonio.
-Silveyra: Yo creo que está también en una rebelión que de golpe tiene la mujer, que generalmente es la que plantea, porque el varón se calla, no dice nada. Es un planteo que hace ella. No tenemos nombres los personajes: se llaman “ella” y “él”. Es un planteo que hace ella, y él, por supuesto, se la da vuelta, se la maneja. Es el retrato vivo de un matrimonio.
-Un matrimonio de muchos años. Con los cambios de época, de situaciones, de la falta de paciencia… ¿Hay una reflexión en torno a los vínculos? Ese tipo de vínculo que, después de la familia de origen, es el que uno elige para llevar adelante la vida?
-Silveyra: Absolutamente. Por eso nuestra mayor alegría es que la gente se ría tanto, pero que después se vaya reflexionando sobre la obra. A mí las mujeres me lo dicen cuando salimos: es muy hermoso cuando nos esperan en la puerta y le dicen a él “¡qué pillo!” y a mí “¡pobrecita!”. Hay mucha alegría, hay emoción. Hay momentos donde miro las primeras filas, de casualidad, y veo mujeres llorando. Me emociono profundamente. Eso me sirve para mi propia emoción. Trabajamos con la gente, ¿sabés? Trabajamos cuerpo a cuerpo con la gente.
-Además de plantear los problemas y verbalizarlos, ¿es la mujer también la que pone los límites, la que dice “hasta acá llegamos”?
-Brandoni: Sí. En este caso, sí. Es la que pone las cosas en claro, digamos, en esta situación. Están involucrados, como ya dijimos, otro matrimonio también. Pero me parece que lo lindo… lo lindo es que -voy a adelantar algo- vamos a hacer un concurso llamando a los espectadores a que adivinen…
-Silveyra: ¿cómo termina la obra? ¿Se va o se queda? (risas).
-Ustedes, individualmente y ahora como dupla, son figuras muy representativas. Ídolos de la televisión, con montones de novelas y películas. Hoy lo central para muchos de ustedes es el teatro. Y como ha dicho Carlos Rottemberg, pertenecen a las últimas generaciones de figuras populares tanto en TV como en el escenario. ¿Qué futuro ven para la actividad artística en este contexto?
-Silveyra: Somos los últimos mohicanos, si. Bueno, ojalá que no sea el mismo futuro que ve Carlitos Rottemberg, que dice “¿con quién voy a hacer teatro?”. Pero yo tengo fe en que tenemos una calidad de actores jóvenes extraordinarios. Acabo de ver a Peter Lanzani y dije: “no puede ser este talento. A mí me gusta ver a los compañeros, sobre todo cuando hacen buenos trabajos. Creo que hay muchos jóvenes talentosos. Y de 50, tenemos los mejores. Así que confío en que, con todas las plataformas que se están haciendo -y son muchas-, esto se va a sostener. Beto hizo una serie divina que se llama Nada, donde Buenos Aires nunca se vio tan bella y no hacemos marzo -en Mar del Plata- porque se va voy a filmar “Todo”. Y yo me voy de vacaciones. O sea: seguimos, seguimos combatiendo.
-También son un ejemplo de que las convicciones políticas distintas pueden convivir.
-Silveyra: Absolutamente. No pensamos igual, ¿no, maestro?
-Brandoni: No, no pensamos exactamente igual. Para nada.
-Silveyra: Y tenemos una convivencia maravillosa.
-Brandoni: El secreto es que cada uno dice lo que piensa.
-Y se respetan.
-Silveryra: Muchísimo respeto. Más allá de quienes somos también como ciudadanos. No dejamos de ser ciudadanos de ninguna manera. Y los dos hemos estado muy comprometidos, en distintos momentos de nuestra vida, con la política.
-También han tenido un compromiso político desde su profesión, desde el oficio y la defensa de sus compañeros.
-Silveyra: Ahí sí hemos coincidido. Porque cuando se habla del oficio, es hablar de defender la profesión. Y creo que somos un ejemplo de eso, y eso me encanta.
















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