“Estudié periodismo porque quería aprender nuevas palabras para hacer canciones”, asegura Ian Punter en una charla con LA CAPITAL. El joven artista lanzó recientemente su primer material discográfico, “Punto de partida”, que condensa todo su aprendizaje hasta el momento, pero que es, a la vez, una mirada hacia el futuro. “Es paradójico porque me encanta
“Estudié periodismo porque quería aprender nuevas palabras para hacer canciones”, asegura Ian Punter en una charla con LA CAPITAL.
El joven artista lanzó recientemente su primer material discográfico, “Punto de partida”, que condensa todo su aprendizaje hasta el momento, pero que es, a la vez, una mirada hacia el futuro.
“Es paradójico porque me encanta la comunicación, pero muchas veces me cuesta comunicarme cuando tengo que ser honesto con alguien, o cuando tengo que marcar un límite, o cuando me tengo que expresar y abrir. Entonces estoy en esa lucha constante, pero es una búsqueda también. La comunicación en su todo es una búsqueda en la que estoy dispuesto a aventurarme” comparte el músico.
“Punto de partida” es un disco producido de manera autogestiva y presenta una atmósfera íntima, un tanto melancólica, pero “cálida”, según describe el artista que considera “la vulnerabilidad” como su “mayor fortaleza”.
El nombre del álbum surge de la búsqueda constante de condensar siete años de trabajo artístico en pocas palabras. “Busqué sincerarme con el público, el que me sigue de antes y el nuevo, mostrar que realmente este es un punto de partida, poder mostrarme como soy y desarrollar mi discurso en un álbum. Una vez que aparecieron esas palabras no hubo vuelta atrás” define.
Para este material, revisó canciones de su EP “Espejo”. “Revisitar esas canciones fue releerme: ajustar algunas letras, pero sobre todo darles nuevos arreglos instrumentales. “Espejo” nació de forma improvisada. Tal vez no pensaba en un punto de partida, pero sí soñaba con vivir de mi música, como sigo haciéndolo hoy”, cuenta.
“Desde chico me atrajo escuchar historias, primero en los cuentos que me leía mi mamá y después en la música: Larralde y Julio Sosa en la casa de mis abuelos, Luis Miguel con mi papá, Airbag con mi hermana. Esa mezcla me llevó a la canción de autor”, señala sobre sus principales influencias.
– Describís tu estética como “melancolía cálida”: ¿qué sensaciones concretas pasaste o buscaste evocar y por qué te atrae esa dualidad entre melancolía y calidez?
– La melancolía y la nostalgia siempre me caracterizaron, no desde un lugar amargo ni ’emo’, sino más bien romántico: mirar las etapas pasadas de uno, de la historia y de las cosas con ojos de sorpresa, pensando en la evolución. De ahí nace la melancolía cálida, que podría definirse como mi fórmula para la felicidad: detenerse a pensar en uno mismo y en las probabilidades que había de llegar hasta acá. Mirar el pasado de forma cálida es mirarlo desde el amor, no desde el rencor, la tristeza o la nostalgia desmedida, algo que en mi generación abunda.
– ¿Hay experiencias personales que atraviesan las letras del disco, por ejemplo en “Como un lento (Abrázame)” o “Maldita rutina”?
– La composición siempre fue un refugio para mí, el lugar donde podía poner en palabras lo que a viva voz me costaba decir. Mis canciones nacen tanto de experiencias personales como de las historias que escucho de otros. “Como un lento” surgió a partir de una escena de una película de Marvel en la que los protagonistas bailan un vals: veinte segundos bastaron para inspirar la idea, una magia de época que no viví, pero que me hubiera gustado presenciar. Tenía un boceto y le mandé un mail a través de mi papá, a César ‘Banana’ Pueyrredon. Habrá pensado ‘¿qué hace este chico de 20 años que viene a escribirme?’. Pero me asesoró y me ayudó en todo el proceso de composición. En cambio, “Maldita rutina” nació en mis últimos años de secundario, en plena encrucijada de elegir qué estudiar. Miraba a la gente con sus maletines y sus ojeras y pensaba: “No quiero eso para mí”. Hoy, ya en otra etapa, resignifico esa idea: la rutina no es el problema en sí, lo verdaderamente dañino es pasar la vida atrapado en algo que no te gusta. Ese es el nuevo enfoque que la canción propone.
– Decís que “la vulnerabilidad es tu mayor fortaleza”. ¿Cómo llegaste a esa afirmación?
– Gracias a la terapia, que me enseñó a poner en palabras lo que sentía. Siempre fui sensible, observador y me gustaba escuchar los detalles. Descubrí que tengo una capacidad, un don, para expresar esos detalles, pero al principio tenía un inconveniente: no lograba abrirme del todo en el papel. No era honesto con mis canciones y mis palabras, hablaba desde el ego, no desde el corazón. Es en ese proceso de vulnerabilizarme en la tinta del papel que surge esta especie de bandera de que la vulnerabilidad es mi mayor fortaleza.
– Estás trabajando paralelamente la estética visual del proyecto musical, hay mar, naturaleza, luz, paz. ¿Qué importancia le das?
– La imagen lo es todo, en la actualidad más que nunca. Estoy desarrollando mi universo, lo cual lleva tiempo, ya que en un proyecto musical tenés que representar en los ojos lo que decís en los oídos. Mar del Plata es una gran inspiración. El mar siempre me movió, pero lo que más me influye es la gente, sus miradas y gestos. Busqué que la estética del proyecto fuera terrenal: la naturaleza, el mar, la costa. Busqué que la imagen no opaque a la canción, sino que sea simplemente un canal para ella.
– ¿Cómo analizás el desafío de haber debutado como solista y qué expectativas tenés para lo que sigue?
– Fue un experimento sobre explorarme a mí. Actualmente somos un trío acústico para tocar en vivo, pero siempre voy a estar en un cuarto con una guitarra, un papel y un lápiz buscando una canción. Tengo expectativas altas para lo que se viene, porque lo estoy construyendo ladrillo a ladrillo. Compuse el disco entero, música y letra, y lo produje en un estudio que armé en el quincho de casa, aprendiendo sobre la marcha. La estética y la prensa también las manejé yo. No desde el lado soberbio, sino más bien diciendo: “Estoy dando todo de mí para que esto vaya bien, es imposible que falle”. Hay dos excepciones: “Como un lento”, producida por Lucio Berté y “Por vos”, producida por Leo Poletto, quien me enseñó mucho.
– ¿Qué mensaje o sensación te gustaría generar en la gente que escuche “Un Punto de Partida”?
– La principal sensación que me gustaría generar es de “compañía”. Quiero que la gente no se sienta sola ni alienada con sus problemas y pérdidas. Me encantaría que las letras las lleven a sus vidas y les den significado; ahora las canciones son de ustedes. Es un gran honor para mí que, en un mundo tan acelerado, la gente se tome el tiempo de escuchar lo que un trovador marplatense tiene para decir.
















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