La “Maestra Normal”, el personaje que lo llevó a la televisión, se convirtió en unipersonal y le valió un Estrella de Mar, es motivo de agradecimiento permanente para su autor, Juan Pablo Geretto. No fue el primer personaje que trajo a la ciudad -había estado antes con “Solo como una perra”, espectáculo que creó en
La “Maestra Normal”, el personaje que lo llevó a la televisión, se convirtió en unipersonal y le valió un Estrella de Mar, es motivo de agradecimiento permanente para su autor, Juan Pablo Geretto.
No fue el primer personaje que trajo a la ciudad -había estado antes con “Solo como una perra”, espectáculo que creó en Rosario y que le otorgó los primeros premios de su carrera artística-, pero es el que más años lo ha acompañado.
Con esta historia cargada de humor, ironía y amor, que mantiene una vigencia absoluta, el multifacético Geretto vuelve a Mar del Plata, donde se presentará este sábado 17 de mayo, a las 21, en el teatro Radio City.
“Más que analizar el fenómeno, agradezco muchísimo a la Maestra porque cuando uno crea algo, no sabe si va a perdurar o si se termina al otro día y cada vez que lo hago pienso que podría ser la última” confió el actor, humorista, guionista, director, empresario gastronómico e instructor de Biomecánica Aplicada al Movimiento.
Antes de su regreso a la ciudad que “quiero mucho, significa mucho en mi carrera y me ha dado muchos amigos”, señaló que la vigencia de la maestra está en que habla “de un sistema educativo que sigue igual”.
Dudas, certezas, contradicciones
Sobre el personaje -inspirado en una maestra que tuvo en el pueblo de Gálvez, donde se crió- destacó en la charla con LA CAPITAL que le gusta que esté lleno de contradicciones, “Yo dudo todo el tiempo de mis certezas”, confesó.
-No importa la edad que tengas, la maestra toca una fibra muy cercana…
-El espectáculo este tiene más de 15 años, María que me inspiró, fue mi maestra hace 44 años. Pero lo que me parece que nos aúna a varias generaciones es que se habla básicamente de un sistema educativo que sigue siendo el mismo. Me cruzo maestras -a la salida del espectáculo- que me dicen ‘está igual esto’, porque lo que no cambia es la forma de educar. Sí cambió el contexto cultural, social, económico, político, pero no cambió el sistema educativo. Y la maestra le dio voz a la escuela primaria pública, a una experiencia por la que pasamos todos. Después algunos son docentes o padres que tuvieron hijos en esos colegios. Está en nuestro imaginario, es un personaje del que todos tendríamos algo que decir, desde la experiencia.
-¿Sos muy observador? ¿Cómo hacés para crear tus personajes, para darles identidad?
-No sé cuál es la forma que tengo de mirar, porque es la mía. No es que digo, bueno, ahora voy a ser observador y observo. Me parece que es parte de mi oficio. Si cada uno se pusiera a explorar y a jugar con su cuerpo durante mucho tiempo sobre algún hecho de su vida, seguramente la trama del recuerdo se va abriendo y se va ofreciendo para que uno escriba o lo que vea después. Creo que en este momento que se vive más vertiginoso, uno va recordando y olvidando con más selectividad, pero si uno se pone a recordar, seguramente, con el transcurso de los días y el tiempo y de las horas, va emergiendo la memoria de algo -mis personajes siempre fueron memoria de mi pueblo, como regla general.
-¿Hay una relación contradictoria que tenés con el pueblo, en tu mirada, entre amorosa y crítica?
-Mirá, en general tengo contradicción con todo. Nada es absolutamente bueno ni absolutamente malo y en eso trato de ser bastante sincero a la hora de plasmarlo. No me importa que los personajes sean contradictorios, porque me parece que está bien, lo somos, es así. Le da profundidad, le da un poco de 3D a la cosa. En la maestra tengo textos que dicen una cosa y a los minutos se contradice, pero ¿quién no es así? Aunque sea en el pensamiento. Hay que cuidarse de las personas que dicen que siempre piensan igual… no se replantean,… qué se yo, yo estoy todo el tiempo dudando de mis certezas. Y eso enriquece no solo a la maestra, sino a todos los personajes.
Las cosas maravillosas
-Ahora estás con esta gira con la maestra normal, pero estás pensando en otros proyectos.
-No estoy pensando personajes nuevos, porque el año pasado estuve trabajando en una obra en Calle Corrientes, por un llamado de producción -Exit, junto a Nancy Duplaá y Fernanda Metili- y este año también voy a hacer otro espectáculo que no es mío. Entonces, trato de pensar en cómo apropiarme de esos personajes.
-Lo que vas a hacer es ‘Las cosas maravillosas’, dirigido por Mey Escápola…
-Sí, que va cambiando el narrador, la narradora cada tres meses, incluso hay veces que son en simultáneo. Está buenísimo el proyecto, con Mey, con un texto que trata un tema muy oscuro de una manera muy luminosa. Está muy bien escrita, fundamentalmente, con mucha sensibilidad.
-Tenés, entonces, para un tiempito más en Argentina. ¿O vas y venís a España?
-Vine hace dos meses, me voy dentro de dos meses, pero ya en septiembre vuelvo para ‘Las cosas maravillosas’.
-Sos multifacético, muy versátil, ¿Cómo te repartís con todas tus facetas?
-Mal. Si tengo que ser sincero, voy a tener que eliminar alguna. Pero se hace difícil, Me gusta emprender proyectos, me atrae. Entonces, me van surgiendo cosas y las voy llevando adelante con gusto. Son todas cosas que se fueron incorporando a mi vida y me fui interesando y han permanecido mucho tiempo y que me tienen que causar mucho placer para que se vuelvan un trabajo.
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