El Senado de Italia aprobó el proyecto de la premier Giorgia Meloni que busca modificar el proceso de reconocimiento para acceder a una ciudadanía italiana. La iniciativa será enviada a la Cámara de Diputados, y al contar con una mayoría en la Cámara, el gobierno italiano espera que la votación se celebre durante la próxima
El Senado de Italia aprobó el proyecto de la premier Giorgia Meloni que busca modificar el proceso de reconocimiento para acceder a una ciudadanía italiana. La iniciativa será enviada a la Cámara de Diputados, y al contar con una mayoría en la Cámara, el gobierno italiano espera que la votación se celebre durante la próxima semana y anticipa una victoria.
La reforma planteada por Meloni entró en vigencia el 28 de marzo en forma de decreto-ley, por lo que el Parlamento contó con 60 días para convalidar la medida y hacerla definitiva. El proyecto fue aprobado por los senadores con 81 votos a favor y 37 en contra; y establece que los italianos nacidos en el exterior no transmitirán automáticamente su ciudadanía a sus hijos.
El canciller italiano, Antonio Tajani aseguró que el proyecto «es un paro muy importante» para el pueblo italiano. «El decreto pretende devolverle la dignidad y el sentido a un derecho que debe basarse en un vínculo auténtico con Italia, no solo burocrático, sino cívico, cultural e identitario«, destacó tras la votación.
El proyecto
El texto original enviado por el Gobierno establecía un límite generacional para la transmisión de la ciudadanía por derecho de sangre y planteaba que esta sólo podía ser solicitada por quienes tuvieran uno de sus padres o abuelos nacidos en Italia. Esta primera propuesta fue modificada por la Comisión de Constitución del Senado, que eliminó la mención del lugar de nacimiento del antepasado, aunque incluyeron otro artículo prohibitivo: la ciudadanía solo puede ser reconocida a quienes posean un antepasado de primer grado (padre o madre) o de segundo (abuelo o abuela) que tenga o tuviera al momento de su muerte, únicamente ciudadanía italiana.
Así, el Gobierno italiano terminaría con los reconocimientos automáticos de ciudadanía a los hijos de italianos nacidos en el extranjero que no tengan padres o abuelos con ciudadanía exclusivamente italiana. La ley que busca modificar esta reforma está vigente desde 1992 y, hasta ahora, establece el principio de ius sanguinis y no marcaba un límite generacional para solicitar la ciudadanía.
«Este documento debe ser un reconocimiento serio y consciente, que se confirma mediante el compromiso. Esta reforma no excluye, sino que responsabiliza. Propone criterios más selectivos y transparentes, capaces de fortalecer la integridad de nuestro sistema y prevenir abusos«, señaló Tajani.
La respuesta de la comunidad de descendientes en Argentina
Este proyecto no fue bien visto por la comunidad italiana en Argentina, que consideraron que la iniciativa «deteriora los vínculos entre Italia y los descendientes en Argentina porque ‘limita el ius sanguinis a solo hijos y nietos, y restringe las posibilidades a acceder a una ciudadanía‘ «. El presidente de la sede en Buenos Aires de Comites, organismo que representa a las comunidades italianas en el exterior, Dario Signorini, manifestó su descontento.
«La comunidad de descendientes se siente traicionada, especialmente por el discurso de la primer ministra Meloni en el Teatro Coliseo de Buenos Aires durante su visita a Argentina, donde reafirmó el papel de los italianos en el extranjero, firmando que éramos auténticos embajadores de Italia», enfatizó Signorini.
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