Desde hace más de 25 años, el instituto Isauro Arancibia es una institución clave para las personas en situación de calle que recorren a diario la Ciudad de Buenos Aires. En el Centro Educativo, situado en los márgenes de San Telmo, en Paseo Colón 1366, contienen a unos 900 estudiantes de jardín, primaria, secundaria, talleres
Desde hace más de 25 años, el instituto Isauro Arancibia es una institución clave para las personas en situación de calle que recorren a diario la Ciudad de Buenos Aires. En el Centro Educativo, situado en los márgenes de San Telmo, en Paseo Colón 1366, contienen a unos 900 estudiantes de jardín, primaria, secundaria, talleres de arte y de oficios.
Sin embargo, la situación se tornó insostenible por los ajustes del régimen de Javier Milei, en sintonía con las políticas públicas de la Ciudad. El próximo jueves, la comunidad educativa del Isauro Arancibia llevará adelante el festival «Se Picó Mayo«, para visibilizar la problemática y exigirle al gobierno porteño que formalice la escuela.
En diálogo con Tiempo, Inés García Guerreiro, a cargo de los talleres de arte, comunicación y movimiento, e integrante del equipo de coordinación general del espacio, señala: «Queremos sostener como equipo una manera de hacer educación, de llevar adelante nuestra tarea dentro de la escuela, en forma integral, con múltiples miradas y abordajes, con escucha de diversas situaciones porque nos interesa que nuestro sujeto pedagógico que es con quienes nos encontramos cada día y trabajamos en la escuela, pueda pensar un futuro».

«Trabajamos con una población que viene siendo vulnerada por generaciones. Traen vidas muy golpeadas y muchas veces pareciera que no tienen nada que buscar más que sobrevivir», describe García Guerreiro, quien añade: «Cuando entran a la escuela y empiezan a ocupar un rol como estudiante, a vivenciar intercambios de roles de maternidad, paternidad, de ser hijos, amigos, empiezan a pensarse entonces trabajadores, trabajadoras, y eso hace que puedan dimensionar que el futuro se puede diseñar, soñar y elegir«.
Isauro Arancibia: una escuela que funciona en la Ciudad en condiciones precarias
La docente Laura Cestona, otra de las integrantes del equipo de coordinación de la escuela, advierte: “Estamos muy preocupados porque la secundaria del Isauro quedó sin financiamiento y actualmente los estudiantes se encuentran sin garantía para poder terminar sus estudios”.
La mujer relata que el establecimiento educativo dependía de los recursos que el ex Ministerio de Educación de la Nación le bajaba a la Universidad Nacional de Avellaneda, lo cual “se cortó a mitad del año pasado y un cuatrimestre fue solventado por la Universidad Latinoamericana de las Periferias, pero a partir de este año nos quedamos sin financiamiento”.

La situación es muy precaria. Los profesores siguen dando clases sin cobrar sus salarios y los estudiantes no tienen garantizada la certificación de sus estudios. “Los docentes están resistiendo en las aulas enseñando, porque para esta población significa su derecho a la educación media y a la educación permanente, representa el proyecto de vida, la posibilidad de planificarla y reintegrarse a esta sociedad”.
Desde 2012, el trabajo abordado por la escuela se complementa con la creación del Centro de Integración Social (CIS) de la Asociación Civil que conforma el Isauro. Se trata de un hogar de tránsito para estudiantes mayores de 18 años que cursan sus estudios allí y se encuentran en situación de calle. Este dispositivo tiene la característica distintiva de ser un proyecto pedagógico habitacional transitorio.

Un modelo en peligro
“El modo de pensar la educación que aplica el Isauro es visto por otras instituciones del país como un modelo. Por eso exigimos que el gobierno porteño nos reconozca. Queremos ser escuela y dejar de ser un centro educativo de jornada extendida”, insiste Martina Matusevich, a cargo del área de comunicación de Isauro.
Y se explaya sobre el festival que harán el próximo jueves: “como nuestra manera de defender y resistir tiene que ver siempre con lo comunitario y con la alegría como trinchera, vamos a hacer este evento en el cual habrá artistas isaurinos y del barrio, habrá ferias de emprendimientos de la escuela, compartiremos un almuerzo y se suman otros espacios y organizaciones sociales del barrio a contar cuáles son sus propias problemáticas”.
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