La ofensiva militar de Rusia contra Ucrania no da tregua y ha hecho naufragar los esfuerzos diplomáticos del Papa León XIV, que desde el inicio de su pontificado intentó mediar por la paz. En medio de los bombardeos y el avance de las tropas rusas, los católicos ucranianos denuncian un creciente abandono y una crisis humanitaria que se agrava día tras día.

De acuerdo a datos de la agencia NA, el arzobispo mayor de Kiev, Sviatosiav Schechuk, alertó sobre el dramático escenario que enfrenta la población. Según explicó, la asistencia humanitaria cayó drásticamente y millones de personas viven sin acceso a alimentos, medicinas ni refugio seguro. «La situación ya no es solo crítica: es una catástrofe», advirtió Schechuk.

Casi 13 millones de ucranianos requieren ayuda urgente, pero apenas un cuarto recibe asistencia efectiva, según cifras difundidas por la Iglesia greco-católica ucraniana, en comunión con Roma. De ellos, al menos cinco millones no tienen garantizada su alimentación básica, mientras las organizaciones humanitarias no logran responder a la magnitud del desastre.

En una reciente reunión del Sínodo realizada en el santuario de Zarvanytsya, 27 obispos de esa Iglesia debatieron estrategias para sostener los servicios sociales en medio de la guerra. Schechuk agradeció los intentos del Papa León XIV por frenar la violencia, aunque admitió que «Rusia nunca mostró voluntad real de aceptar una mediación del Vaticano«.

Los datos de la ONU sobre la situación de Ucrania

Las cifras de desplazados dan cuenta del drama: más de 4,6 millones de personas han debido abandonar sus hogares dentro del país, otros 6,5 millones viven en zonas ocupadas y alrededor de 16 millones son considerados «víctimas crónicas del conflicto», según datos de Naciones Unidas.

Las cifras de víctimas también son estremecedoras y, en muchos casos, ocultas. Organismos independientes calculan entre 70 mil y 95 mil soldados rusos muertos, aunque Moscú solo reconoce menos de 6 mil. Del lado ucraniano, estimaciones de medios internacionales varían entre 46 mil y 80 mil caídos, además de más de 12 mil civiles muertos registrados oficialmente.