Calígula, el musical que Pepe Cibrián Campoy escribió en dictadura y estrenó en 1983, vuelve a Mar del Plata.
La obra, que mantiene una vigencia sorprendente en su abordaje del poder, la locura, la impunidad y la intolerancia, subirá a escena el sábado 28 de junio a las 21, en el Centro de Arte Radio City + Roxy.

“’Calígula’ es la obra que a mí más me gusta, la que más quiero”, afirma el autor, en una charla con LA CAPITAL en la que asevera que en invierno es cuando más le gusta venir a Mar del Plata.

En este caso, con esta impactante obra que está girando por todo el país con un elenco integrado por Matías Asenjo, Julieta Cancelli, Nikka Lorach, Andy Rinaldi, Guillermo de Mare, Melina Kantor, Lujo Burgos, Brisa Polanco, Abril Báez, Ignacio Pereyra, Tomás Moyano, Ignacio Fittipaldi y Denice Chacon.

Sobre este musical definió que “era una queja, mi queja, sobre esa situación espantosa que vivíamos”.

Al revisar este texto, el propio Pepe analiza que “más allá de que hoy no hay dictadura -o no la había luego, cuando la hice otras veces- la temática, lo que cuento del poder y del pueblo, sigue siendo lo mismo. Sin dictadura pero es igual la impunidad, la estafa, la corrupción, el pan, el circo, el hambre, la mentira, la impotencia. Todo está igual”, advierte el autor.

Pepe no esquiva dar su opinión sobre la situación actual, pero aclara: “Calígula no es una obra panfletaria, no es una obra que hable mal de este gobierno. Este texto es el mismo del año 83. Y le cabe a todos los gobiernos, porque desde entonces no hay estadistas. Hay políticos que siempre están pensando en las elecciones”.

Pepe opina. Y defiende su derecho: “No tengo miedo. Estamos en democracia, por lo tanto, yo, Pepe Cibrián, argentino, 77 años, tengo todo el derecho a emitir opinión, como cualquiera a emitir la suya”.

Y en ese contexto asegura que “no estoy de acuerdo con lo que pasa con la Cultura, ni con que ataquen a Ricardo Darín, no estoy de acuerdo con lo que pasa en el Garrahan, ni con que se hable de personas gays como si todos fuesen pedófilos, ni que se quite ayuda a los padres de personas con discapacidad”, asegura.

El primer trabajo con Mahler

Este regreso de Calígula es muy significativo, no solo por el mensaje, sino en lo personal, tras el fallecimiento de Ángel Mahler. Fue la primera obra en la que el compositor, que luego fue su socio artístico, realizó la música.

“Ángel tenía 22 años. Yo necesitaba un arreglador y una amiga me dijo: ‘Mirá, hay un chico que vende pianos en Pro Música que es muy talentoso’. Le di un cassette con la música grabada en guitarra y a la noche tenía ya el arreglo todo hecho. A partir de ahí, una vida juntos. Hemos estado separados. No hemos estado de acuerdo. Nada de eso importa, solo el impacto de haber perdido a alguien que ha sido tan importante en mi vida”, confiesa. “Nuestras diferencias son nuestras, tenemos secretos que nunca vamos a compartir. Lo que está intacto es el amor, el cariño, la admiración que siento por Ángel. Y lamento tanto que tan joven, alguien con tanto futuro, se tuviera que ir. Es un horror. Y lo pienso todo el tiempo a Ángel”.

La resurrección de Drácula

Mientras sigue “Calígula”, Pepe Cibrián trabaja en “Drácula, la resurrección”, la continuación de “Drácula, el musical”, que tiene previsto su estreno en abril de 2026.

“Es una producción espectacular” indicó, el creativo ya tiene en vista algunos de los intérpretes, que en septiembre iniciará el casting para completar todos los roles y que confirmó que el director coreográfico de la puesta será Hernán Piquín. “Nunca había trabajado con él. Es amigo de mi marido, vino un día, le comenté la idea y lo convencí. Es un gran profesional, una gran figura y me encanta compartir con él este proyecto”, señala sobre esta novedad.

Mientras el productor de la obra está viajando a Estados Unidos y China para traer telas y otros materiales para el vestuario, él se concentra en los detalles de la narrativa.

“La obra es mía, nueva, los hechos ocurren 30 años después de los de ‘Drácula el musical’”, comenta.

Aprovecha los detalles para aclarar que “todas mis obras han sido producciones privadas, nunca he pedido subsidios, nunca he dependido del Estado. Creo que eso me da independencia para decir lo que me parece” reflexiona para cerrar la charla.