por Sebastián Arana

Los hinchas de Alvarado, mayoritariamente, sufrieron durante toda la temporada y hace semanas que se convencieron de que la lucha por mantener la categoría se extenderá hasta el final del certamen. Más allá del gran triunfo del domingo ante Ferro, el equipo marplatense está complicado y sigue en zona de descenso. Si se les habla de alicientes a sus seguidores, más de uno descreerá. Pero los hay.

Los errores de Monetti del último domingo amplificaron la sensación de mejoría. Alvarado no consiguió de la noche a la mañana variantes para llegar al gol. La generación de juego fue, es y probablemente seguirá siendo su talón de Aquiles.

Disputados casi dos tercios del torneo, difícilmente pueda ofrecer algo radicalmente distinto. Sin embargo, incluir a otro delantero, como Marco Miori, le puede permitir plantarse en campo rival con otra agresividad y presionar con más intensidad en los metros finales.

El inminente regreso de Becker, por otro lado, puede mejorar el panorama. El santafesino, como es bien sabido, encaja en el molde de los talentosos intermitentes. Pero, cuando aparece, puede definir un partido. Si lo hace una o dos veces en las once finales que restan, será más que bienvenido.

Mientras tanto, aquí y ahora, habrá que encomendarse a la eficacia. Y no hubo mejor noticia el último domingo que hayan anotado un gol cada uno de los “9” que entraron a la cancha. Hasta Ferro, a lo largo de todo el torneo, Alvarado había anotado 13 goles y los cuatro centrodelanteros del plantel habían aportado nada más que cuatro: dos Bolzicco y dos Derlis Ortiz. En una tarde casi emparejaron el aporte del torneo completo y, en ese contexto, lo mejor fue el “estreno” en la red de Susvielles y Amilivia.

Más allá de estas alternativas para “maquillar” la falta de gol, el otro gran aliciente para Alvarado es el análisis de la actualidad de sus rivales directos en la pelea por mantener la categoría. A ninguno le sobra. Más aún, la comparación de los últimos seis partidos de los ubicados entre el undécimo y el decimoctavo puesto, desde el último Arsenal (21) hasta Los Andes de Lomas de Zamora (28) pone al equipo marplatense por encima de todos sus rivales directos.

El corte efectuado coincide con el arranque de la segunda rueda, segundo partido del ciclo de Marcelo Vázquez, el actual entrenador del “Torito”. Una tabla de posiciones entre Alvarado y sus rivales directos, sólo considerando las últimas seis producciones de todos, arroja estos resultados: Alvarado 11 puntos (tres victorias, dos empates y una derrota), Güemes 10 (dos triunfos y cuatro igualdades), All Boys 9 (dos éxitos, tres “tablas”, una caída), Quilmes 6 (una victoria, tres empates y dos traspiés), Arsenal 6 (dos triunfos y cuatro derrotas), Los Andes 5 (una victoria, dos igualdades y tres caídas) Ferro 4 (cuatro empates y dos traspiés) y Almagro 2 (dos “tablas” y cuatro caídas).

En este recorte parece irles mejor en las últimas fechas a dos equipos como Alvarado y Güemes de Santiago del Estero (deben enfrentarse en dos fechas en el “José María Minella”) que de movida estuvieron involucrados en la pelea de abajo. Muchas veces sucede que los que antes se percatan de para qué están en el torneo reaccionan mejor que aquellos que tenían otras pretensiones y les costó darse cuenta de que se desenvolvían dentro del mismo barro que los demás.

Alvarado, en este contexto, además tiene un partido pendiente (su visita a Quilmes, rival directo, todavía sin fecha, probablemente a mediados de agosto) y puede aliviar un poco más su situación. Que es mala, pero no muy diferente a la del resto de los involucrados en la lucha por el descenso. Le cuesta mucho, pero a los demás tanto o más.

La pelea se presume tremenda. Porque los más complicados suman más que los de arriba y nadie tiene el cielo comprado. Cualquier cosa puede pasar. Alvarado, en tanto, levantó la guardia. Y eso es muy positivo.