La Cámara de Representantes aprobó este miércoles el proyecto que pone fin al cierre del gobierno federal en Estados Unidos, el más largo de la historia del país. La medida, que ya había sido votada por el Senado, será firmada por el presidente Donald Trump. La disputa central giró en torno a los subsidios a la salud.

Seis semanas de parálisis y duros costos sociales

Después de 43 días de cierre, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto con 222 votos a favor y 209 en contra. Ocho senadores demócratas rompieron el bloqueo de su partido y se unieron a los republicanos, lo que generó tensiones internas.

El cierre afectó a miles de trabajadores federales, provocó demoras en los aeropuertos y complicó la distribución de alimentos a familias de bajos recursos. Fue el shutdown más extenso desde que existen registros.

“Tras 40 días de incertidumbre y de hacer sufrir innecesariamente al pueblo estadounidense, algunos senadores demócratas finalmente dieron un paso al frente”, expresó el presidente de la Cámara, Mike Johnson, antes del debate.

Trump celebró el acuerdo y hablará desde la Casa Blanca

La secretaria de Prensa, Karoline Leavitt, anunció que Donald Trump firmará la ley a las 21.45 (hora local) y luego dirigirá un mensaje al país desde el Salón Oval. El mandatario calificó el resultado como una “gran victoria”.

En la votación, seis demócratas apoyaron la medida junto a los republicanos, mientras que dos legisladores oficialistas votaron en contra. La Cámara no sesionaba desde el 19 de septiembre, cuando había aprobado una medida provisional para mantener el funcionamiento del gobierno.

La discusión central del cierre fue el futuro de los subsidios a la salud. Los demócratas querían extender los créditos fiscales del plan Obamacare, que vencen a fin de año. Los republicanos se negaron y prometieron un debate posterior.

Qué incluye el acuerdo aprobado

El proyecto aprobado financia tres leyes de gasto anual y extiende el resto del presupuesto hasta el 30 de enero. Los republicanos prometieron someter a votación en diciembre una nueva extensión de los subsidios de salud, aunque sin garantías de éxito.

El representante republicano Tom Cole destacó que “los cierres de gobierno nunca cambian el resultado, solo el costo que paga el pueblo estadounidense”.

Los demócratas, en cambio, acusaron al oficialismo de mantener el cierre mientras millones de personas perdían ingresos o sufrían retrasos en servicios básicos. “No podemos apoyar el intento republicano de desmantelar la atención médica del pueblo estadounidense”, dijo el líder demócrata Hakeem Jeffries.

Un cierre con impacto político

Los sondeos mostraron que la mayoría de los estadounidenses responsabilizó a Donald Trump y a los republicanos por la parálisis del gobierno. A pesar de ello, el bloque oficialista se mantuvo unido durante todo el proceso.

Algunos legisladores demócratas consideraron que su partido cedió demasiado. “No debimos abandonar la lucha por los subsidios”, admitió el senador Chris Murphy.

Con este acuerdo, el Congreso puso fin a seis semanas de incertidumbre política y económica, en medio de una creciente presión social y de un desgaste que golpeó a ambos partidos.