Por Marcelo Solari

Esta vez forzó más tiros de lo habitual, la eficacia no lo acompañó y desperdició demasiados tiros libres. Gran parte del mérito fue del adversario. Pero este Peñarol versión 2025/26 está convencido de su libreto. Y no hay enemigo más duro que un rival convencido de lo que hace. Así, con el mameluco puesto hasta el último instante, el “milrayitas” sumó su quinto triunfo consecutivo al superar a San Martín de Corrientes, por 75 a 72, en una nueva presentación por la Liga Nacional de Básquetbol.

Los dos conjuntos demoraron en encontrar un buen andar en el partido. Parecía que San Martín establecía una leve supremacía, pero en un par de minutos, Peñarol demostró buena parte de sus recursos ofensivos para asumir decididamente una postura de dominio.

Es cierto, en un contexto de partido equilibrado, una luz del orden de los 6/8 puntos suponía una ventaja interesante. Pero más allá de que el local repartió gol en varias manos y hasta pudieron verse algunas jugadas lucidas producto del pase adicional, lo mejor que hizo el conjunto marplatense estuvo atrás.

La solidez defensiva está regida por la sentencia de no claudicar nunca. El equipo estuvo atento a los cambios de asignaciones, y sus hombres siempre listos para ayudar al compañero en problemas.

Casi todo el primer tiempo transcurrió con ese panorama. Y acaso no logró obtener una renta mayor (la máxima diferencia fue +10) porque los correntinos también buscaron imponer su ley. Lo fueron llevando a su terreno con el correr del juego, y al comenzar el segundo tiempo, lograron enredar a un Peñarol que en los primeros 4 minutos del tercer cuarto apenas había logrado encestar dos puntos.

Hasta que apareció un triple limpio de Agustín Pérez Tapia, quien había tenido una ráfaga en el segundo cuarto y la replicó oportunamente, incluso con mayor énfasis y se ganó el reconocimiento de su público.

Buena parte de los primeros 20 minutos habían sido así, de rachas. anotadoras individuales. En algún momento Facundo Vázquez; en otro, Luciano Guerra; también tuvo una buena seguidilla Nathan Hoover. Ninguno demasiado constante pero cada uno a su turno marcó presencia.

En el jeroglífico de ese tercer cuarto en el que San Martín le quitó a Peñarol cualquier chance de correr el contraataque, el “milrayitas” sobrevivió con su aplicación defensiva, que también le complicó la vida al oponente, que apenas pudo sostenerse con ciertas acciones positivas de Lucas Gargallo y, especialmente, con el notable Leonel Schattmann, más vigente que nunca a sus 38 años y con su elegante tiro intacto.

Cerca del final del capítulo, Peñarol recuperó algo de fluidez adelante y volvió a abrir una pequeña brecha.
Como se podía suponer, el segmento decisivo fue aún más friccionado y trabado. Con esfuerzo defensivo redoblado por parte de unos y otros.

San Martín consiguió controlar mejor a Pérez Tapia, pero la correcta administración del desgaste de la tropa propia le permitió a Peñarol tener bastante descansado a Al Thornton para los 3m30s finales. Y el “Sheriff”, como casi siempre, hizo su parte. Con un doble de riesgo y un triple en forma de daga al corazón correntino (73-67, a 1m30s del epílogo). Dos valiosos rebotes ofensivos de Vázquez y el susto por los libres errados completaron el combo de otra noche cargada de suspenso y con festejo incluido.

Síntesis

Peñarol 75

F. Vázquez 9 (x), A. Perez Tapia 22, X. Carreras 4, G. Córdoba 0 e I. Basualdo 4 (FI). L. Guerra 10, R. Acuña 5, A. Thornton 15, F. Tolosa 0, N. Hoover 6, N. Chiaraviglio 0. DT: Leonardo Costa.

San Martín (C) 72

G. García 4, L. Schattmann 25, L. Gargallo 13, F. Aguerre 0 y L. Berra 9 (FI). R. Becton 8 (x), V. Fernández 11, F. Méndez 0, S. Giletto 2. DT: Andrés Revidatti.

Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.
Árbitros: Fernando Sampietro, Raúl Lorenzo y José Domínguez.
Parciales: 21-13, 42-34 y 60-53.