El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como nuevo Sumo Pontífice y adoptó el nombre de León XIV. Su elección marca una línea de continuidad en el legado de Francisco, con fuerte impronta latinoamericana y una sólida trayectoria pastoral y académica. Nacido en Chicago en 1955 e hijo de madre de ascendencia española,
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como nuevo Sumo Pontífice y adoptó el nombre de León XIV. Su elección marca una línea de continuidad en el legado de Francisco, con fuerte impronta latinoamericana y una sólida trayectoria pastoral y académica.
Nacido en Chicago en 1955 e hijo de madre de ascendencia española, León XIV es miembro de la Orden de San Agustín. Su perfil combina formación intelectual rigurosa con una vocación misionera que lo llevó a desempeñar funciones clave en Perú durante más de dos décadas. Fue obispo de Chiclayo, vicario judicial en Trujillo, y responsable de la formación de religiosos agustinos en la región andina.
De Estados Unidos al corazón del Vaticano
Prevost ingresó al noviciado agustino en 1977 y profesó votos solemnes en 1981. Estudió Ciencias Matemáticas en la Universidad de Villanova, luego se graduó en Teología y obtuvo un doctorado magna cum laude en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino en Roma. Su tesis trató sobre el rol del prior local en la Orden agustina.
Como misionero, fue prior, maestro de formación y canciller en diversas diócesis peruanas. En 2014 fue designado obispo de Chiclayo y más tarde administrador apostólico del Callao. Su ascenso en la curia fue sostenido: en 2023 fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Un Pontífice con acento latinoamericano
La designación de León XIV confirma el peso de América Latina en la Iglesia Católica. Su cercanía al papa Francisco no fue solo institucional: compartieron una mirada común sobre la pobreza, la migración y la necesidad de una Iglesia humilde y servidora.
El nuevo Pontífice ha defendido en entrevistas una visión pastoral enfocada en la escucha, el acompañamiento de los más vulnerables y el trabajo conjunto con las Iglesias locales. También ha sido claro en sus posturas respecto al debate sobre el sacerdocio femenino —al que considera innecesario— y ha mostrado interés por la protección del medioambiente, la sinodalidad y el papel evangelizador de las comunidades.
Acusaciones desmentidas
Durante su paso por Perú, una organización intentó vincularlo con el presunto encubrimiento de abusos en la diócesis de Chiclayo. Sin embargo, la denuncia fue negada por la propia diócesis y refutada públicamente por el periodista Pedro Salinas, quien investigó el caso Sodalicio. Salinas calificó esas acusaciones como «absolutamente falsas».
Lejos de perjudicar su camino, el episodio no afectó la confianza que el papa Francisco depositó en Prevost, quien fue incorporado a múltiples dicasterios y comisiones vaticanas.
El mensaje que deja su nombre
La elección del nombre León XIV es un guiño histórico. Evoca la figura de León XIII, defensor de la doctrina social de la Iglesia, y marca distancia simbólica respecto al pontificado de Francisco sin contradecir su espíritu. Podría interpretarse como el inicio de una nueva etapa, más institucional y doctrinal, tras la fase reformista anterior.
León XIV asume en un mundo sacudido por la crisis de credibilidad de las instituciones religiosas. Los conflictos internacionales y la necesidad de una Iglesia global capaz de renovar su rol sin perder el rumbo. Su elección representa un equilibrio entre el conocimiento teológico, la experiencia pastoral y la gestión curial.
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