El Papa León XIV dio el visto bueno para que el Vaticano sea el lugar donde se inicien contactos diplomáticos entre Rusia y Ucrania. Así lo confirmó este martes tras una conversación telefónica con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Si bien aún falta el pedido formal de ambas partes, el diálogo podría comenzar la próxima semana si se cumplen ciertas condiciones.

Meloni a través de las redes sociales dejó documentado que le transmitió al pontífice que tanto el presidente estadounidense, Donald Trump, como varios líderes europeos respaldan la idea de abrir conversaciones en el Vaticano. Italia también se comprometió a brindar el marco logístico y de seguridad necesario.

Por el momento, el Papa no asumirá un rol de mediador oficial. Desde la Santa Sede dejaron en claro que su participación dependerá de una solicitud formal por parte de Kiev y Moscú. En caso contrario, el Vaticano solo ofrecerá el espacio como lugar neutral para el inicio del diálogo, dejando abierta la posibilidad de que se designen mediadores externos, como ocurrió en otras oportunidades con Suiza o Turquía.

Uno de los obstáculos principales es la relación entre la Iglesia Ortodoxa rusa y el Vaticano. El patriarca Cirilo, estrecho aliado del Kremlin, mantiene una postura distante desde el inicio de la guerra y tiene un historial de tensiones con la Iglesia Católica. Sin embargo, desde Roma confían en que esa resistencia podrá ser superada en los próximos días, allanando el camino para una mediación papal.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, ya inició gestiones diplomáticas. Viajó a Nueva York y se reunió con el secretario general de la ONU para preparar el terreno. También se reactivó la tarea del cardenal Matteo Zuppi, quien ya había participado en misiones humanitarias para el intercambio de prisioneros y niños secuestrados en el conflicto.

El interés de Trump en esta mediación también tiene un componente simbólico: León XIV nació en Chicago y es considerado un «peruano adoptivo» por su largo paso por América Latina. «La figura del Papa genera respeto en todas las partes involucradas y podría ser clave para evitar una escalada mayor», sostienen desde su entorno.

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Aunque algunos líderes, como Emmanuel Macron, han manifestado reservas e incluso cierto malestar por no ser incluidos en la iniciativa, desde el Vaticano aseguran que las puertas siguen abiertas.