Mientras se encuentran cómodas en su casa, atraviesan la incomodidad de sus vidas, un punto de contraste que experimentan dos personajes femeninos. Ese es el planteo de la obra “Living”, que subirá a escena este domingo a las 21 en el escenario de El Séptimo Fuego (Bolívar 3675). Se trata de un espectáculo que proviene
Mientras se encuentran cómodas en su casa, atraviesan la incomodidad de sus vidas, un punto de contraste que experimentan dos personajes femeninos. Ese es el planteo de la obra “Living”, que subirá a escena este domingo a las 21 en el escenario de El Séptimo Fuego (Bolívar 3675).
Se trata de un espectáculo que proviene de la ciudad de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, y que llegará dentro de una gira que incluyó a ciudades como Villa La Angostura, Junín de los Andes, Zapala, Neuquén y Capital Federal.
Con impronta del teatro físico y la danza, la obra está protagonizada por las actrices Ayelén Ramírez y Stefanía Mateu. Ambas iniciaron el camino creativo a partir de investigar en las posibilidades del cuerpo. Cuando avizoraron el conflicto, no dudaron en convocar al director Yannick Du Plessis, oriundo de Buenos Aires. Y la creación colectiva creció.
“El living es un lugar de comodidad. Dentro de un hogar es el espacio de compartir, donde de alguna manera se intima, se bebe, está el fuego. Ese espacio de comodidad es todo lo que por dentro está incómodo. En esa contradicción, ahí radica el problema”, contó Du Plessis la trama de la obra.
“La idea del living nace pensando en los inviernos crudos de la Patagonia. Esas mujeres atraviesan un momento crítico de sus vidas y se cuenta cómo trascienden esos momentos para entrar en una plenitud”, agregó.
En el medio de las complejidades de esas dos vidas, emerge la figura de la actriz Tita Merello, desde el estímulo sonoro, como un elemento que aglutina y estructura la propuesta.
“Tita entra para generar una competencia con el cuerpo de las intérpretes. Aparece en una entrevista en la que habla de ese mundo de hombres en el cual ella de alguna manera sorteó un montón de cosas y habla de la idolatría, habla de los sinsentidos de esa época. Y se sumerge en un lugar de la ternura“, dijo el director a LA CAPITAL.
La ternura, “ese sentimiento bien complejo”, les es propicio para meterse en el mundo actual. “En estos momentos en donde nada tiene sentido, tratamos de interpelar a la ternura para darle valor a ese sentimiento más empático, de más amorosidad. La ternura tiene que ver directo con el amor”, observó.
Para Du Plessis, la obra también habla “de la amistad, del amor, del erotismo, de la pareja” y de cómo cada personaje se espeja en la otra, mientras se preguntan y se cuestionan sobre valores como lo femenino y lo masculino.
“Dos mujeres que buscan soltar y estar plenas, en un espacio más de conmoverse y no tanto de estar en función de” otros roles más duros a los que las expone la sociedad contemporánea.
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