Por Paola Galano “El rockero no tiene edad, digamos”, expresó Lito Vitale, el músico que regresa a esta ciudad junto a su amigo y colega Juan Carlos Baglietto para proponer este domingo a las 20 “Ahora rock”, en el Teatro Radio City, un repaso emotivo, sensible, por lo mejor del cancionero rock, el género que,
Por Paola Galano
“El rockero no tiene edad, digamos”, expresó Lito Vitale, el músico que regresa a esta ciudad junto a su amigo y colega Juan Carlos Baglietto para proponer este domingo a las 20 “Ahora rock”, en el Teatro Radio City, un repaso emotivo, sensible, por lo mejor del cancionero rock, el género que, en sus orígenes, ayudaron a gestar.
“Cuando nos conocimos con Juan (Carlos Baglietto) en los años ’78, ’79 por ahí, los dos nos identificábamos con el movimiento rock argentino. Nuestra música tenía que ver con eso”, recordó en una entrevista con LA CAPITAL.
“El espíritu rockero es para siempre”
Esta noche, el repertorio que abordará este exitoso dúo girará en torno a ese género con “algunas cosas nuevas”, adelantó el tecladista. “Vamos a estrenar en Mar del Plata” canciones y repasarán otras “cosas históricas”.
El show “es una especie de mezcladito entre nuestras historias, porque nos estamos preparando para el festejo de los 35 años que será el año que viene”, anticipó.
A la vuelta de los años, regresar al rock también huele a cierto espíritu adolescente. “El tanguero por ahí tiene que ver con la edad, el tango te pega más cuando tenés algunos golpes en la vida. Pero el rockero es como una situación medio de juventud que te queda para siempre. Obviamente están los achaques normales de la edad, pero el espíritu rockero es para siempre”, indicó.
-¿El rock es algo así como una eterna juventud?
-Ponele, en el mejor de los casos.
-Siempre tuvo el rock una rebeldía, eso de ser incorrecto, más salvaje. ¿Recuperan esa actitud?
-Sí, pero ahí la edad te calma un poquitito de la rebeldía. Más en este momento de nuestro país, en donde la agresividad está a flor de piel. El rock siempre fue pacífico, intentó ser de paz y amor y conectarse con las cosas profundas. En este sentido seguimos iguales. Y la rebeldía tenía que ver con hacer lo que nos parecía interesante. Y en este caso, te repito, en estos momentos tan agresivos optamos por la comunicación a través de la sensibilidad y de la emotividad, no tanto de la rebeldía.
-¿Buscás la rebeldía?
-La rebeldía sí es un valor para tener y para disfrutar, porque tiene que ver con el momento en el que uno va forjando su personalidad. La rebeldía es indispensable para tener tus principios claros: “esto sí lo hago, esto no lo hago”. Eso sí, específicamente, creo que tiene que ver con la edad, con el crecimiento. No es que uno de grande hace cualquier cosa, pero sí es más flexible y se va acomodando. Porque ya tu personalidad la tenés armada, digamos. Yo puedo tocar un montón de cuestiones y la gente más o menos sabe que soy yo. Pero en el momento en el cual uno está creciendo, que es de los 20 a los 30, estás forjando tu personalidad más adulta y es necesario rebelarse en relación a las cosas que a uno le parecen que son el camino personal y las que no. No a nivel de estar en contra o atacando a alguien que no piense de la manera que piensa uno, pero sí tratando de ser fiel a lo que uno considera que es el camino, en este caso, artístico, personal.
-Ya ser fiel a uno mismo es una forma de rebeldía.
-Es un laburazo, digamos. Porque también vos tenés que pensar que muchas veces la vida te pone en algunas situaciones en las cuales tenés que hacer la vista gorda. Cualquier persona que maneja un grupo, ni hablar un país, tiene que tener cierta flexibilidad y tratar de decir “mis principios son estos, pero para lograr el objetivo tengo que acomodarme como para, sin romper mis principios, la cosa fluya y pueda llegar al objetivo”. Es un poco de inteligencia operativa, digamos. Con ciertos límites.
-Hablaste del país, ¿qué te preocupa de este momento?
-Me preocupa la bestialidad que estamos viviendo, la bestialidad, la agresividad, la aguja tan en los extremos. Yo soy más de comprender al que piensa distinto y tratar de aprender de los errores y de no levantar la voz y no ser agresivo con las personas. Los habitantes de la Argentina somos todos hermanos, deberíamos serlo. Y estar en extremos es algo que no construye en lo más mínimo en este momento y creo que estamos viviendo un momento durísimo que ojalá lo pasemos y ojalá sea un aprendizaje para que vuelva algo más equilibrado.
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