La actual Clínica Quirúrgica Oeste, que durante décadas supo ser conocida como Tachella, está en una grave crisis, que puede ser terminal. A la parte de sus 140 trabajadores que están en blanco (el resto es monotributista y factura por sus servicios) le adeudan un aguinaldo completo, ya cobraron el salario de julio en cómodas
La actual Clínica Quirúrgica Oeste, que durante décadas supo ser conocida como Tachella, está en una grave crisis, que puede ser terminal. A la parte de sus 140 trabajadores que están en blanco (el resto es monotributista y factura por sus servicios) le adeudan un aguinaldo completo, ya cobraron el salario de julio en cómodas cuotas y ahora todavía no recibieron un peso por agosto. Al contrario: acaban de recibir una nota de suspensión, que rige desde hoy, lunes 15 de septiembre, en principio hasta fin de mes.
El actual propietario del establecimiento sanitario, Gustavo Del Arco, envió una nota (no carta documento, como hubiera correspondido) al personal para informar que “con motivo de las gravísimas dificultades financiera que sufre la institución y que no se han podido superar pese a los enormes esfuerzos económicos, jurídicos y de gestión, notifico vuestra suspensión hasta el 30/9 a los efectos reorganizar los servicios, el presupuesto y evitar el cierre definitivo”.


Primer Plano Online conversó con trabajadores de la clínica, cuyas identidades por obvias razones serán protegidas. Según narraron, fue el propio empresario quien, en reuniones improvisadas con empleados y empleadas de diversas áreas, se sinceró con frases tales como “no supe cómo manejar la clínica” y el reconocimiento de que “la crisis económica es importante”. “Hasta llegó a decir que lo ideal es venderla, pero que no tiene comprador”, revelaron.
En el centro de salud hay actualmente sólo dos pacientes internados y la decisión de la clínica es no aceptar nuevos pacientes, ni siquiera por guardia, porque no tienen médicos para atender. “Sigue teniendo cápita de PAMI, pero cada vez que llega alguien es rechazado”, precisaron las fuentes con las que dialogó este medio.
Corte de luz por falta de pago
Como si ese panorama no fuera suficiente, la semana pasada una cuadrilla de Edenor se presentó con la Policía en el inmueble ubicado en Segunda Rivadavia 15.577, de Haedo, a cortar la luz por la deuda que la empresa mantiene por el servicio. “Teníamos ambos pacientes con respirador y el dueño entregó un cheque para poder seguir teniendo luz porque sino todo iba a empeorar”, narró un integrante de la plantilla laboral.
La suspensión, que rige desde hoy, alcanza a 70 personas, todas con monotributo y con trabajo en el lugar desde hace más de tres años. A principios de este año ya habían existido otras suspensiones pero que se notificaron por carta documento a domicilio, como corresponde, no mediante una nota, como ocurre ahora.
En principio, mañana martes habrá una reunión con representantes del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, a la que también se espera que se sume la dirigencia del Sindicato de Sanidad (ATSA Hurlingham). De todos modos, tal como ocurrió con el conflicto en la ex Clínica Constituyentes, la confianza de trabajadores en el gremio es casi nula.
Avisan que será una suerte de asamblea popular de trabajadores, que no están dispuestos a bajar los brazos. “Hay gente que dejó su vida ahí adentro”, revelaron desde el cuerpo de hombres y mujeres que prestan labores allí. Es más: apuntan también a la gestión de Recursos Humanos de la institución. “Está a cargo de una mujer que no sabemos si terminó el secundario. Miente, maltrata y no sabe qué explicar”, enfatizaron.
Deuda de aportes patronales
Otra trabajadora en blanco de la Clínica Quirúrgica Oeste desnudó una situación más de las tantas irregularidades que expone la actual administración. Lo pudo constatar ella misma con una simple consulta sobre su condición de empleada en relación de dependencia: “en mi caso, capaz que en un año aportó tres meses, con lo cual me está estafando a futuro”, manifestó.
Pero, además, por más que la razón social cambió en 2023, en el recibo de sueldo sigue figurando el nombre de Gustavo Tachella (el dueño anterior), con su respectivo CUIT. “Ya nos avisó que no les va a pagar los días de suspensión al personal al que le hizo llegar la nota. Tampoco sabemos cuándo nos va a pagar lo que nos debe del salario de agosto. Lamentablemente, vemos que está haciendo estas maniobras para presentar quiebra”, reflexionó una de las fuentes que habló con este medio.
Para finalizar un panorama crítico, desde el cuerpo de trabajadores (en donde hay profesionales de la salud, de enfermería, de limpieza, técnicos y de administración) detallaron que Del Arco antes de convertirse en empresario de la salud tenía una cadena de heladerías en La Matanza, que mantiene vínculos con la política y hasta tiene un comedor popular ligado a la organización Barrios de Pie.
“No entiende nada sobre cómo se maneja un establecimiento de salud. Nosotros queremos que nos pague lo que nos debe y conservar nuestra fuente de ingreso. Pero ni el sindicato no nos da bolilla, así que nos sentimos desamparados”, concluyó otra voz que ve peligrar su futuro laboral.

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