Con tres funciones completamente colmadas, Dante Gebel volvió a Mar del Plata con su espectáculo Presidante. La experiencia trasciende lo teatral y se convierte en un “manifiesto social cargado de emoción, humor y reflexión”.Mar del Plata fue la ciudad número 69 de esta gira nacional, la primera que Gebel realiza en más de dos décadas,
Con tres funciones completamente colmadas, Dante Gebel volvió a Mar del Plata con su espectáculo Presidante.
La experiencia trasciende lo teatral y se convierte en un “manifiesto social cargado de emoción, humor y reflexión”.
Mar del Plata fue la ciudad número 69 de esta gira nacional, la primera que Gebel realiza en más de dos décadas, desde aquella recordada recorrida con El Inmortal en 2005.
Uno de los aspectos más impactantes del fenómeno Presidante es la amplitud de su convocatoria: en cada ciudad que visita, Dante Gebel logra reunir bajo un mismo techo a dirigentes políticos y sindicales de posturas muy distintas, representantes del mundo empresarial, líderes religiosos de diversos credos y ciudadanos comunes y corrientes.
La pluralidad del público habla no solo de su popularidad, sino también de la profundidad de sus mensajes, que conectan con públicos muy diversos, más allá de ideologías o creencias.
Además del impacto cultural y emocional que genera en cada presentación, la gira Presidante tiene un fuerte componente solidario: todo lo recaudado en cada función queda en la Argentina, y en cada provincia donde se presenta, se llevan adelante acciones benéficas concretas con impacto directo en la comunidad local.
En Mar del Plata, por ejemplo, se realizó la puesta en valor de la Escuela Secundaria Nº 30 del barrio Centenario, con mejoras en infraestructura, donación de equipamiento y acompañamiento a su comunidad.
Y según confiaron a este medio personas cercanas a Dante Gebel, se está preparando una importante colaboración en el ámbito de la salud pública.
Presidante no es un espectáculo político, pero sí se atreve a imaginar con agudeza y sensibilidad cómo sería una Argentina gobernada desde los valores humanos, el sentido común y la empatía.
En escena, Dante Gebel plantea -con su estilo característico, que mezcla el stand up con el monólogo emotivo y el relato inspiracional- una serie de propuestas políticas que él implementaría en el hipotético caso de llegar a ser presidente de la Nación.
El resultado es un viaje por los grandes temas de la vida cotidiana: la educación, la salud mental, el respeto, la familia, los sueños, el país que somos y el país que podríamos ser.
En una época marcada por la desilusión, el espectáculo funciona como una bocanada de esperanza y lucidez, interpelando sin bajar línea, emocionando sin golpes bajos, y dejando al público con una sonrisa en el rostro y una pregunta en el corazón: ¿Y si de verdad se pudiera cambiar el mundo desde la ternura, la honestidad y los afectos?
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