El martes 16 de septiembre, tras meses de reclamos salariales, se desató un escándalo en el Hospital Garrahan: se supo que el Consejo de Administración retenía en un fondo de inversión 40 mil millones de pesos de fondos propios, mientras el discurso oficial era “no hay plata”. El 20 de septiembre, la Asociación de Técnicos
El martes 16 de septiembre, tras meses de reclamos salariales, se desató un escándalo en el Hospital Garrahan: se supo que el Consejo de Administración retenía en un fondo de inversión 40 mil millones de pesos de fondos propios, mientras el discurso oficial era “no hay plata”. El 20 de septiembre, la Asociación de Técnicos y Profesionales (APyT) envió una carta documento a las autoridades “para que ejecuten la transferencia de fondos de los Recursos Propios injustamente retenidos”. El lunes 22 a última hora la conducción hospitalaria y el ministro de Salud, Mario Lugones, anunciaron un bono con el argumento de que la institución “a partir de un proceso de ordenamiento y eficiencia administrativa, ha logrado sanear sus cuentas”. El bono es por cuatro meses.
“Gracias a una gestión eficiente, el Garrahan hoy está en condiciones de mejorar los ingresos de sus trabajadores. Lo dijimos desde el principio: la plata para el personal estaba en el Hospital, pero mal distribuida”, escribió Lugones en su cuenta de X. “Felicito al Consejo de Administración por el trabajo que viene realizando para ordenar las cuentas y destinar cada peso a lo que importa: los equipos de salud, la calidad de atención y los pacientes”, agregó.
LOGRAMOS AUMENTOS PARA EL PERSONAL DEL GARRAHAN
Gracias a una gestión eficiente, el Garrahan hoy está en condiciones de mejorar los ingresos de sus trabajadores. Lo dijimos desde el principio: la plata para el personal estaba en el Hospital, pero mal distribuida.
Durante… https://t.co/2W4J9OEGhV
— Mario Lugones (@Mariolugones_ar) September 22, 2025
Es llamativo: apenas asumió, en octubre del año pasado, Lugones desplazó al anterior Consejo de Administración por, justamente, otorgar un bono al personal con fondos propios del hospital.
Desde la cuenta oficial del Garrahan, con un comunicado sin firma, el hospital anunció que “en reconocimiento a su compromiso y dedicación, a partir de septiembre el personal asistencial percibirá un complemento mensual de $450.000 y el personal administrativo en relación de dependencia con el hospital, de $350.000”. El comunicado no dice algo que trabajadores y trabajadoras sí vieron publicado en un acta interna: que el bono es por cuatro meses, desde septiembre hasta diciembre.
La noticia se conoció en la previa de un nuevo paro en el marco de un reclamo salarial que comenzó hace meses y de cara a la sesión en el Senado el próximo 2 de octubre, cuando se tratará el rechazo al veto del presidente Javier Milei a la Ley de Emergencia Pediátrica.
“Un escándalo vergonzoso”
El anuncio de los bonos, con un discurso sobre la administración eficiente y demostrando que sí había plata, causó indignación entre el personal. “Esta decisión es un manotazo de ahogado y no hace más que confirmar la gravedad del verdadero escándalo: durante más de 18 meses los recursos propios del hospital fueron desviados a fondos de inversión con la clara intencionalidad de permitir la destrucción progresiva de la institución, provocando la renuncia de más de 245 profesionales”, denunció el colectivo Equipo de Salud, que incluye a jefes de servicio del hospital pediátrico de alta complejidad.
“En un acto de perversidad inaceptable, también se jugó con la salud de niños, niñas y adolescentes que vieron cómo profesionales que los habían acompañado durante años se vieron obligados a abandonar el hospital. Se demoraron turnos y controles, se postergaron cirugías, y se desintegraron equipos de trabajo. Familias enteras y trabajadores de la salud padecieron juntos esta crisis, mientras las autoridades y el Ministro Mario Lugones, tenían en sus manos los recursos para revertirla y eligieron ocultarlos”, criticaron. Y remarcaron que “este bono no soluciona nada: no reemplaza la recomposición salarial largamente reclamada; no repara la pérdida de 245 profesionales altamente capacitados y no borra el sufrimiento de los niños, niñas, adolescentes, sus familias ni del equipo de salud”.
Desde la Junta Interna de ATE consideraron que el anuncio representa una “primera conquista salarial de la lucha del Garrahan” y destacaron que “en el país de las paritarias al 1%, la huelga del Garrahan arranca concesiones al gobierno ajustador”.
“Conscientemente desviaron esos recursos a otros fines, cuando podrían haber aliviado la situación salarial. Aguantaron todo lo que pudieron sin mejorarnos el sueldo; nos acusaron de ñoquis (todavía no identificaron a uno solo); dijeron que nunca más el Ministerio autorizaría el uso de recursos propios para salarios; solo por mencionar algunas cosas entre otras que quedarán para el olvido. Evidentemente, lo que cambió las condiciones fue la lucha tenaz, sin aflojar, que venimos dando trabajadores y trabajadoras de todos los sectores, con asambleas, paros, movilizaciones y acciones diversas”, señaló Alejandro Lipcovich, secretario general de ATE Garrahan.
“Teníamos razón: plata había para los trabajadores. Pero no es suficiente y tampoco estamos de acuerdo con diferenciar entre trabajadores. Vamos por más plata para reforzar los salarios de todos y todas, de los recursos propios, que son nuestros”, insistió Norma Lezana, de APyT. Desde ese espacio también denunciaron “recortes de 1.000 millones en investigación y la venta de inmuebles por 1.300 millones de pesos, hechos que calificaron como parte de un escándalo que desnuda las mentiras del Gobierno Nacional”.

Cambios en el Consejo
El comunicado oficial del Garrahan –cuya prensa está manejada por Candelaria Pirelli, quien responde a Santiago Caputo- no solo anuncia los bonos con tono celebratorio sino que además remarca que “los cambios en el Consejo de Administración responden al objetivo de consolidar un liderazgo capaz de llevar adelante decisiones difíciles y sostener una gestión transparente”. No hace referencia a la reciente salida de Roberto Dalmazzo, contador del Consejo, que se concretó luego de que trascendiera el escándalo por los 40 mil millones de pesos.
La nueva conformación del Consejo, que responde a Lugones, pasó por varios recambios. En junio de este año y en medio del conflicto que se había desatado por el reclamo de las y los residentes, renunció la hasta entonces presidenta, Soraya El Kik. Fue reemplazada por Mariel Sánchez. Al mes siguiente el Ejecutivo impuso como director médico a Mariano Pirozzo, señalado por los gremios como virtual interventor. Neurocirujano sin experiencia pediátrica, provenía de aplicar ajustes en los hospitales Sommer y Bonaparte.
La semana pasada se sumó la salida de Dalmazzo, reemplazado por Cesar Orlando Avellaneda, hasta ahora al frente de la Dirección de Enfermería. Si bien el contador había vuelto al Garrahan bajo la órbita del exministro Mario Russo, se convirtió en consejero durante la gestión de Lugones. Según fuentes consultadas, por sugerencia de otro consejero: Jorge Menehem, de larga pertenencia en el hospital. El cuarto consejero es Oscar Pérez, único representante del Gobierno de la Ciudad.
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