La primera vez que Odd Mami se suba a un escenario en Mar del Plata será con un proyecto que, dice, la define como artista. El sábado 11 de octubre a las 20 en Club TRI, presentará “Donde van los perros”, un disco que sintetiza el camino recorrido y abre una nueva etapa. “Gran parte
La primera vez que Odd Mami se suba a un escenario en Mar del Plata será con un proyecto que, dice, la define como artista. El sábado 11 de octubre a las 20 en Club TRI, presentará “Donde van los perros”, un disco que sintetiza el camino recorrido y abre una nueva etapa. “Gran parte de mi identidad actual recae en este disco. Entendí qué es lo que quiero, cómo tiene que sonar mi música y estoy muy contenta con el resultado”, explica.
Helena Massucco, Odd Mami, habla por teléfono con LA CAPITAL antes de su llegada a la ciudad y se refiere con cariño a las once canciones que viajan por un pop atmosférico, shoegaze, el grunge, folk, que remite a un un espíritu noventoso.
La artista abandonó el autotune de sus primeras grabaciones, de sus años de experimentación con el colectivo Ripgang y comenzó a trabajar una voz cruda y cercana, distorsión, elementos analógicos, con la producción de Bernardo Ferrón (Telescopios) y colaboraciones de Dillom, Bratty, Mariano di Cesare, Matías Vertula y Juan Lopez.
“Es la primera vez que salgo a ‘tourear’ y siento que justo este disco, además, es re de gira, porque son canciones muy tradicionalmente canciones, entonces el show se vuelve muy sólido. Lo más significativo que tiene para mí la gira es que el disco es serio”, señala.
La obra nació con una idea clara: ser una película sonora sobre el pasaje a la adultez y tiene que ver con la versatilidad de Elena: es periodista, compone para otros artistas, tatúa, también incursiona en el formato audiovisual. “Siempre describo el disco como una ‘coming of age’ que dura media hora, que te cuenta la historia de una chica que se va de su casa, prueba vivir en la ciudad, la pasa mal, y vuelve. Y cuando vuelve, ya a su casa no se siente como su casa, porque ya creció. Y termina”, describe la autora.
El concepto se expande en lo visual. Los videos muestran habitaciones vacías, objetos abandonados y galgos en un baldío. Pero “este disco no es sobre mí. La gente cree que sí. Nunca me pasó tener que atravesar lo que planteo. Yo no quería ser la protagonista. Es una historia que me cayó”, aclara, aunque reconoce que “siento que los galgos eran mi forma de meterme de alguna forma. Yo siempre me sentí un poco como un galgo: grandota, torpe, tímida. Como los galgos, sufridos e inocentes a la vez”, cuenta.
El trabajo discográfico tiene, también, un tema que se llama “Elena”, es otra forma que tuvo de colarse en la historia. Es instrumental, funciona como un interludio y su clip rescata un video de cuando era niña, con unas amigas que corean “Elena… Elena”.
La portada, realizada por Lucas Spataro e Ignacio Chinchilla, muestra dos perros bajo un cielo abierto y un suelo oscuro. “Quería mostrar tanto arriba como abajo. Esa dualidad. A veces digo que el cielo es el techo, pero al mismo tiempo está esa tierra negra que es refugio y encierro. Son metáforas que acompañan lo que pasa en el disco”, dice.
El título mismo condensa esa búsqueda. “Yo quería que se llame ‘Todos los perros van al cielo’. Porque lo que cuenta la historia es que los humanos tenemos falencias y los únicos seres puros son los animales. Pero me pareció muy rebuscado. Entonces lo dejé en ‘Donde van los perros’. La gente puede sacar sus propias conclusiones. Y eso es lo que más me interesa: no obligo a nadie a sentir una emoción puntual. Vos llegás sola o solo, a la emoción que quieras sentir. Y no hago golpes bajos. Es un disco que no te obliga a llorar ni a reír, pero que invita a crecer”.
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