Este martes será muy especial para Javier Bianchelli y Quilmes, que una vez más vuelven a cruzar sus caminos. Será el cuarto ciclo del entrenador al mando del equipo profesional, y la ilusión de retornar a la máxima categoría parece tener más sustento que nunca en las últimas temporadas. Así analizó junto a LA CAPITAL
Este martes será muy especial para Javier Bianchelli y Quilmes, que una vez más vuelven a cruzar sus caminos. Será el cuarto ciclo del entrenador al mando del equipo profesional, y la ilusión de retornar a la máxima categoría parece tener más sustento que nunca en las últimas temporadas. Así analizó junto a LA CAPITAL este nuevo desafío como conductor del “tricolor” en la Liga Argentina de Básquetbol:
-La preparación incluyó dos amistosos de trámite diferente pero seguramente con un buen balance final…
-Sí, sí, positivo. Fue muy bueno lo que nos pasó en el segundo juego (ante Ciclista Juninense): de no encontrar un hilo ofensivo, de estar abajo en el resultado, que no nos salieran las cosas defensivas. Creo que la personalidad del equipo también se trabaja, y eso se logra con situaciones que te van pasando. Que nos haya pasado esa situación en un periodo de preparación está buenísimo. Y está buenísimo también lo que mostraron los jugadores. Ante un revés, ante una panorama negativo, dieron la cara y fueron a buscar dar vuelta la historia. Estuvo bueno.
-Vos tampoco estabas y quedaron pocos que repiten de la temporada pasada y, por lo tanto, muchas caras nuevas. ¿Eso es mejor o es peor para armar un equipo?
-En mi opinión, lo de las temporadas anteriores no era un proceso. En cambio, a esto que se inicia sí lo veo como un proceso. En primer lugar, porque mi contrato es por dos temporadas. Si bien siempre vamos a apuntar a lo más alto, sabemos que mi período, en lo personal, son dos años. Y me parece que hay jugadores con un perfil que se puede continuar con el tiempo, más allá de los resultados.
-¿Qué te decidió a aceptar el desafío de volver a Quilmes?
-Un montón de cosas, principalmente en la parte familiar. Yo si bien seguía ligado al básquet, en el ámbito local, en cuanto al funcionamiento familiar y hasta en otras actividades comerciales, nada que ver con lo basquetbolístico. Entonces, lo primero que tuve fue el apoyo de la familia. El decir que sí, que se podía. Que había que arreglar determinadas cosas, pero se podía. Y, por supuesto, la adrenalina de la competencia, el querer estar, el sufrimiento cuando perdés, las ganas de disfrutar cuando ganás, y sobre todo, cómo está el club en la parte institucional. Ordenado desde lo educativo hasta lo deportivo. Alineados los dirigentes, con obras por todos lados, desde el piso del Nuevo José Martínez hasta el nuevo restaurante. Quilmes atraviesa un presente que no me lo quería perder. Por eso se juntaron todas esas cosas y acá estoy.
-De acuerdo a lo que se vio en los dos amistosos, Quilmes fue un equipo muy intenso, veloz, por momentos hasta demasiado eléctrico, muy rápido desde la base y con mucha tendencia a tirar de tres puntos. ¿Esa va a ser un poco la idea?
-Sí. Tengo tres ideas básicas. Una es tratar de alargar el equipo lo máximo posible. Eso lleva un tiempo porque los juveniles tienen que entrar en confianza, conocer su rol y son capaces de hacerlo. La número dos es la dinámica de juego. Me parece que es una liga en la cual los que juegan muy rápido y efectivos -algo muy difícil de lograr-, marcan una diferencia. Dentro de ese aspecto entre el tiro de tres puntos, porque tengo un par de especialistas que en el juego dinámico pueden sacar ventaja. Y la número tres es volver de ese vértigo al orden, tratando de explotar un montón de cualidades individuales que tenemos. Es difícil alcanzarlo, lleva un tiempo, el rival también juega, una cosa es jugar acá y otra cosa como visitantes. Y la convicción que tienen que tener los jugadores para decir: “Bueno, es por acá y vamos por acá.” Y a todo eso, además, lo tienen que acompañar los resultados. Porque si bien nosotros lo planificamos, lo podemos hacer bien y la idea rinde sus frutos, después, si no ganás, se empiezan a crear dudas.
-Durante la presentación del equipo te metieron un poco de presión al deslizar que van a ir por el ascenso. ¿Decir que el objetivo de Quilmes es el ascenso es un poco aventurado o es de verdad el objetivo que se plantearon?
-El ascenso, más que un objetivo, es un deseo. Me imagino que la mitad de los equipos que juegan la Liga Argentina desean eso. Nosotros no le escapamos al deseo. Nuestro objetivo, como cuerpo técnico, está puesto en llegar a enero o mitad de febrero con el equipo en su rendimiento máximo, tanto individual como colectivo. Si nosotros para esa fecha estamos como queremos o deseamos, el equipo va a ir para arriba y va a jugar por cosas importantes. Esa es nuestra idea. De lo contrario, vamos a depender siempre de ganar varios partidos y que el otro pierda. Y eso contiene variables que no podemos controlar.
















Leave a Comment
Your email address will not be published. Required fields are marked with *