“Una mezcla de opuestos, o encuentros de mundos, me gusta pensarlo por ahí”. Así definió el músico y productor Daniel Susperreguy a D-Mol, el vanguardista proyecto musical que lo une a otro músico de Mar del Plata, Pablo José Albornoz.

En D-Mol ingresan los ritmos electrónicos, lo más actual de la música, y las melodías que provienen de otro siglo: el tango y los sonidos del violín y del bandoneón. Entre Astor Piazzolla, Juan D’Arienzo y Depeche Mode se mueve el dúo.

Esos mundos que se encuentran y chocan generan tanto entusiasmo entre su público como adrenalina en el interior del dúo. Ya probaron el impacto de su propuesta artística en audiencias marplatenses y europeas. Actualmente, D-Mol gira por diversas capitales del Viejo Mundo. Es la séptima gira que transitan desde 2015, cuando emergió el grupo.

“Nos dicen que es música exótica”, comentó Albornoz, antes de arrancar el periplo, en una entrevista con LA CAPITAL.

El exotismo parte de la mixtura, de la mezcla de universos que, aparentemente, están disociados. “Siempre actualizamos nuestros elementos de trabajo, que son los instrumentos, de la electrónica los sintetizadores y en las estructuras también de los temas, que al principio eran más dedicados al tango y ahora se están tornando para el lado de la electrónica, pero sin dejar de lado la esencia del tango”, agregó el destacado violinista.

“Desde que nos encontramos, yo trabajo en el estudio de grabación, desde la producción”, aportó Susperreguy. Y Pablo “que es uno de los músicos más talentosos que he visto, está más abocado la parte clásica y aparte es un gran fan de la música electrónica, yo estoy más abocado a lo técnico, entonces nos encontramos ahí. Es lo que veo cuando tocamos: estamos juntando dos estilos, aunque ya hay otra gente que ahondó en esa mezcla, estamos todo el tiempo viendo dónde hacemos encontrar esos estilos. D-Mol es como el encuentro de cosas, que a veces uno nunca se imaginaría juntas”.

Investigación, movimiento y disfrute, otras claves del funcionamiento del dúo. Daniel y Pablo no dejan de investigar en las texturas del sonido y esas búsquedas se traducen en un movimiento constante, como si fueran desarrolladores en su propio laboratorio sonoro. “La idea es sobre todo de disfrute”, agregó el violinista.

– Al verlos tocar aparece en ustedes una actitud “rocker”.

– Daniel: Disfrutamos mucho de dejarnos llevar ahí en el momento, nos estamos moviendo como locos y no hay nada guionado, es como empezar a tocar y ver que se empieza a contagiar también eso. Disfrutamos y lo llevamos a lo físico. La gente lo valora mucho, o lo destaca. Capaz que no van a decir nada de la música, pero sí van a decir “¡Uh, qué bueno cómo se movían!”. La pasamos muy bien y eso no lo negociamos.

– Suman al espectáculo luces, proyecciones visuales y un maquillaje en el cuerpo. ¿Son elementos que completan el espectáculo?

– Pablo: Muy tribal. Lo que buscamos está muy emparentado al rito, un rito de rítmica y luces, una conjunción artística, por así decirlo. Agregamos, que para nosotros es muy importante, las visuales, los láser, todo en sincronía con la música, todo el show envuelve, en conjunto.

– ¿Hay algo de ceremonia?

– Daniel: Puede ser, sí. Se genera como un viajecito en el show. Generalmente lo planteamos así. Podría ser una ceremonia, me gusta la palabra.

– Inician una nueva gira por Europa, la séptima. ¿Por qué lugares van a estar y cómo explican el éxito de su música en Europa?

– Pablo: Para el europeo, el tango es un fanatismo, sobre todo en el baile. Hay muchas milongas en Europa. Eso me sorprendió gratamente. Son muy disciplinados con respecto al baile, toman clases y así también han ido muchos profesores de danza para Europa. El tango es muy, muy poderoso en todo el mundo y con este plus de la electrónica, a ellos les gusta bailarlo. Nosotros lo celebramos, porque estamos compartiendo nuestra música y del otro lado hay una respuesta, eso nos hace volver a esos lugares, compartir nueva música, seguir componiendo. En julio y agosto tenemos gira por Polonia, que es un lugar que siempre volvemos, nos reciben muy bien, es un país hermoso, sobre todo en la ciudad de Cracovia, y vamos (en Alemania) a Berlín. Este año vamos a irnos un poquito más para el lado de España de las Islas Mallorca y a Suiza. Vamos a hacer un recorrido en menos tiempo, pero más contínuo, por así decirlo.

– Daniel: Hemos estado en milongas pequeñas, en milongas más grandes, es una hermosa época en Europa para los festivales de aire libre también, tenemos algunos lugares en Polonia que hacemos siempre, unos cafecitos que nos encantan. Se arma y se llena muchísimo, estamos muy contentos. Tenemos armados shows para cualquier situación.

– Si comparamos el público de Mar del Plata con el de Europa, ¿qué diferencias hay?

– Pablo: Creo que, como dicen, la música es universal. Yo siento que la vuelta es la misma. Tendremos otro idioma, por supuesto, otras costumbres, otra cultura, pero hay como una unión con la música. Es la sensación emocional que uno tiene recibiendo del público. Para mí es muy similar. Por supuesto, acá uno tiene el corazón y entonces decimos “no, nos quedamos con nuestro público”. Pero la emoción, yo siento que es la misma.

– ¿Se viene el nuevo disco?

– Daniel: Se viene el nuevo disco. Estuvimos ya sacando temas. Eso lo venimos haciendo hace un par de años. Y bueno, la idea ahora es cerrar unos temas más, que ya tenemos. Por suerte estuvimos varios meses ahora en la misma ciudad, así que aprovechamos para tocar y para componer y producir. Fue una temporada muy productiva.