Sebastián Carrillo tenía 27 años. Fue asesinado de un tiro en el ojo izquierdo cuando intentó cerrar una ventana de la casa de su novia. Ocurrió durante la madrugada del domingo pasado en el Barrio Independencia, localidad José León Suárez, en el partido bonaerense de San Martín. «Hay dos líneas de investigación», dijo la abogada.

Familiares, vecinos, militantes y allegados reclaman justicia por el joven que resultó víctima y que se suma a una larga lista de personas que perdieron la vida por disputas entre grupos de personas que se enfrentan a tiros por el territorio del narcomenudeo barrial. Se movilizarán en procesión y realizarán una misa.

Es algo que se repite históricamente en ese distrito, que en otros tiempos, fue la Capital de la Industria. Pasaron de ser operarios de las fábricas a ser soldados de los que venden drogas.

¿Por qué se produjo un cambio tan negativo? Se trata de la precariedad de un sistema institucional legítimo que funciona con total impunidad y en forma indiscriminada en perjuicio de las personas de los sectores más vulnerables de la sociedad. La Policía Bonaerense y el Poder Judicial.

Movilización en procesión  

Tras el terrible hecho, la comunidad sanmartinense se movilizará. «Este viernes a las 17 horas nos movilizamos en procesión desde Plaza Alem -donde la víctima tomaba mate con su novia- hacia la Catedral de San Martín, donde a las 19  realizaremos la misa por Seba, mi sobrino», contó Lorena Lillo, a Tiempo.

La militante del Movimiento Evita siguió recordando, «lo mataron en un enfrentamiento entre bandas narcos durante las primeras horas del domingo. No fue un hecho aislado, es la violencia del narcotráfico que se instala en nuestros barrios mientras que el Estado se retira».

Y terminó. «Marchamos para exigir Justicia por Seba y para decir basta a la violencia que le arrebata la vida de nuestros pibes y nos quiere condenar a vivir con miedo. La calle y la organización son nuestra respuesta ante tan aberrante hecho».

La familia de la víctima es representada por la abogada Victoria Dobal: «Estuve hablando con distintos organismos. Con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires acordamos avanzar sobre la causa, vamos a ver las actuaciones de manera conjunta y en equipo», contó a este diario.

Dos líneas de investigación

En tanto la investigación, «está avanzando, hay dos líneas. La DDI de San Martín está yendo constantemente al lugar del hecho. Tomaron muestras y realizaron peritajes, van a trazar una reconstrucción cronológica para poder determinar quién asesinó a Sebastián», adelantó la letrada.

Y terminó asegurando. «Lo que sí está claro, es que fue un tiroteo entre dos bandas, hay algunos videos que aportaron los vecinos donde se ve a una persona efectuando disparos en el medio del Pasaje San Pablo, pero hasta el momento no se pudo identificar su rostro».

Sebastián era oriundo de Villa Bonich y -al igual que su familia- militaba en el Movimiento Evita, era miembro de Acción Católica, trabajaba como conductor de la aplicación Didi y era un fanático de los autos. Los vecinos del barrio se encuentran aterrados por la narcocriminalidad.

Una larga lista de víctimas

Cabe recordar que el exdiputado nacional, Leonardo Grosso, cuando ocurrió el crimen denunció en sus redes sociales: “Esto no fue un hecho aislado. En lo que va de esta semana, en el mismo barrio cuatro personas fueron heridas de las cuales dos resultaron muertas”.

En el territorio sanmartinense este tipo de casos no suceden desde ahora, hay una larga lista de víctimas. Por ejemplo, el caso de Ivone, una niña de 10 años que volvía del nutricionista porque quería adelgazar, cuando bajó del remís con su mamá enfrente de su casa, recibió un tiro en la cabeza, en agosto de 2013.

También ocurrió en medio de un tiroteo entre dos personas que realizaban narcomenudeo y mantenían una disputa. Sucedió en la calle Castro al 700, en la localidad de José León Suárez. Ivone, al igual que Sebastián, falleció -como consecuencia de la herida de bala- en el Hospital Eva Perón, tras días de agonía. Fue un caso que conmovió a la comunidad sanmartinense.

Narcos-policías

Durante 2014 y 2015 este diario realizó una exhaustiva investigación sobre el funcionamiento del narcotráfico en el partido de San Martín. Se pudo comprobar que los verdaderos responsables e intelectuales de los terribles hechos que suceden no se encuentran en los barrios.

En ese momento quedó al descubierto que los que tenían las riendas del negocio eran los miembros de la Policía Bonaerense que ocupaban cargos en la Jefatura Departamental y en la División de Drogas Peligrosas de ese distrito. La jueza de la Justicia Federal sanmartinense, Alicia Vence, fue quien ordenó las detenciones de los uniformados.

Tiempo tuvo acceso al expediente a través de abogado penalista Damián Odetti. El letrado defendió a personas de los barrios de San Martín que estaban presas por narcomenudeo. Al aproximarse algunas fechas de juicios, descubrió que los policías que tenían que declarar como testigos en las causas -muchos de ellos- se encontraban presos por narcotráfico.

La Justicia Federal pudo comprobar a través del estudio realizado a los teléfonos celulares secuestrados, que los policías les indicaron los días y horarios en los que ellos pasarían a buscar el dinero que les cobraban por dejarlos vender y brindarles protección.

También se supo que realizaban allanamientos, que les quitaban la droga y que se la daban a otras personas que estaban en el negocio para que la vendan. Entre muchas otras pruebas que produjeron con un descalabro institucional y detenciones de varios uniformados de la alta cúpula de la Policía Bonaerense.

Libros sobre la problemática

Sin embargo, un sector del periodismo siempre apunta hacia las personas de los barrios como responsables de los terribles delitos que ocurren, más allá de que hayan sido quienes perpetraron los hechos vandálicos y de ajustes de cuentas. Toda esta información fue recogida por el escritor Marcelo Sain y volcada en su libro «Por qué preferimos no ver la Inseguridad«,  (M. Sain; 2017).

También hay otros libros, por ejemplo, el de la periodista Candelaria Schamus, que escribió «Cordero de Dios«, sobre el caso de la niña Candela Sol Rodríguez, que fue secuestrada y posteriormente asesinada. Es una obra que también señala al poder institucional legítimo responsables de los terribles hechos ocurridos.

Además, en la Justicia Federal de San Martín, en la actualidad se está realizando el juicio por la causa por narcotráfico «Leones Blancos«, que tiene a más de 30 policías imputados y detenidos. Hasta cuenta con un fiscal, Claudio Scapolán, que fue destituido y varios funcionarios del Departamento Judicial de San Isidro imputados en la causa.

Es información muy valiosa para que los funcionarios políticos tomen decisiones y apliquen estrategias distintas ante la problemática. Sin embargo, siempre se mira y se busca a los responsables en los barrios, personas que realizan narcomenudeo para poder sobrevivir, que se matan entre ellos y a terceros. Bandas reguladas por los policías y funcionarios judiciales, quienes han formado de ellos -los pobres- una industria.

Homicidio del militante del Movimiento Evita

La víctima de la narcocriminalidad fue sepultada en el Cementerio Municipal de San Martín. En principio la causa fue caratulada como averiguación de causales de muerte, pero luego de la autopsia, la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 5 de San Martín, a cargo de Ignacio Correa, determinó que Sebastián Carrillo fue víctima de un homicidio.

El hecho ocurrió en las inmediaciones de Pasaje San Pablo y la Calle 21 de Junio, atrás del Parque Industrial, cerca de Villa Curita, donde diferentes grupos delictivos suelen mantener tiroteos como el que se desató durante la madrugada del domingo pasado, que se extendió por más de media hora -según contaron los vecinos- sin que la policía se haga presente en el lugar. 

Cuando Sebastián recibió el balazo en el ojo izquierdo, la familia de la novia lo llevó a una sala de primeros auxilios cercana al domicilio donde ocurrieron los hechos y luego fue trasladado al Hospital Eva Perón. Allí los médicos constataron su muerte consecuencia de la herida de bala.