Dolor de cuello y espalda, rigidez, adormecimiento y debilidad en los brazos. Síntomas que se relacionan en ciertos puntos con (y que pueden ser disparadores de) la artrosis, que parecen ser cada vez más frecuentes. En gran parte lo potencia el uso de la tecnología: teléfonos celulares y tablets generan posiciones poco saludables de la
Dolor de cuello y espalda, rigidez, adormecimiento y debilidad en los brazos. Síntomas que se relacionan en ciertos puntos con (y que pueden ser disparadores de) la artrosis, que parecen ser cada vez más frecuentes. En gran parte lo potencia el uso de la tecnología: teléfonos celulares y tablets generan posiciones poco saludables de la espalda y las manos durante largas horas. Se hace preciso, entonces, investigar los huesos. Y en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se esconde un tesoro de la investigación de colecciones osteológicas, con el que están viendo cómo avanza la presencia de esta patología en habitantes de la ciudad.
Una de las herramientas para poder detectar cambios óseos en una población es la observación de un elevado número de esqueletos. Cómo varían sus formas, sus aspectos, sus tamaños. El Laboratorio de Investigaciones de Ciencias Forenses (LICIF) de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP desarrolla varias líneas de trabajo a partir de colecciones osteológicas. Una de ellas es la realización de estudios epidemiológicos sobre patologías óseas en poblaciones contemporáneas. Por ejemplo, en el estudio de patologías artrósicas.
El antropólogo Marcos Plischuk, explica que se trata de un conjunto de procesos crónicos, inflamatorios y degenerativos que afectan a las articulaciones, principalmente aquellas con mayor movilidad como el hombro, codo, cadera, rodilla y columna vertebral: “Son provocadas por una progresiva degeneración y destrucción del cartílago articular, lo que causa cambios en el hueso y puede conducir a la pérdida de movilidad articular, dolor e incapacidad para desarrollar actividades cotidianas”.

Los esqueletos analizados forman parte de la colección osteológica “Profesor Doctor Rómulo Lambre”, perteneciente a la Facultad de Ciencias Médicas de la UNLP. Está conformada por restos óseos que fueron cedidos por el Cementerio Municipal La Plata para su estudio científico. Se trata de restos inhumados de habitantes de la ciudad de La Plata o alrededores, de los cuales se conocen datos relevantes para el estudio como la edad de muerte, el sexo, la fecha de fallecimiento, nacionalidad y, en algunos casos, su ocupación y la causa de muerte.
En un estudio realizado por el LICIF tomaron 95 esqueletos de habitantes del partido de La Plata pertenecientes a la Colección Lambre: fueron 45 masculinos y 50 femeninos, de individuos argentinos, de edad adulta, entre los 18 y los 92 años, con un promedio de edad de 60 años y fallecidos entre los años 1932 y 1999. En ellos, lograron establecer la prevalencia de la artrosis vertebral anterior (AVA) en una población urbana contemporánea y determinar su relación con la edad y el sexo.
Los números de la artrosis
El estudio realizado en la UNLP confirma la alta prevalencia de la patología en la población: un 84% de los individuos resultaron afectados. De ellos, un 60% presentó artrosis en la zona cervical, 77% en el área torácica, y 75% en la zona lumbar.
Más de la mitad de los menores de 50 años (54%) presentaba artrosis, aumentando notablemente con la edades más avanzadas: el 93% en personas entre 50 y 70 años y la totalidad de los mayores de 70 años. Además, encontraron que la severidad de las lesiones aumenta de manera significativa con la edad, mostrando la relación directa entre la afección y el proceso de envejecimiento.

El sexo ¿no importa?
Diversos estudios sugieren que el sexo también sería un factor que afectaría la prevalencia y gravedad de la artrosis en la columna vertebral. Sin embargo, mientras que algunos reportan mayores prevalencias en hombres, otros estudios clínicos han evidenciado una mayor afección en las mujeres.
Las diferencias pueden tener que ver con la marcada diferenciación sexual del trabajo de la época, y también con la edad. En el caso de los individuos estudiados por el LICIF, no encontraron diferencias en las lesiones halladas.
Por un lado, la columna vertebral no es la zona articular en donde se espere una diferencia, y por otro, el estudio sugiere que las actividades ocupacionales en la población estudiada no parecen ser relevantes en el desarrollo de la patología.

La doctora Barbara Desántolo destaca la relevancia de contar con colecciones osteológicas documentadas: “Proporcionan una base de datos confiable y detallada sobre las características óseas de personas de diferentes edades, sexos, etnias, condiciones de salud».
Los restos se utilizan para la generación, testeo y validación de métodos comparativos fehacientes que sirven para construir estándares de referencia para la caracterización biológica de individuos, esto es estimar la edad, establecer su sexo, patologías y causales de muerte, y otros elementos que permitan identificarlos, una información de suma importancia para el ámbito forense y bioarqueológico.
Pero no es el único aporte: “También proporcionan información sobre la variación esquelética, el crecimiento y desarrollo, el estrés ocupacional, la ascendencia y otros aspectos de la biología humana. Además del campo de investigación, tiene un fuerte potencial en cuanto a la formación académica, sirviendo como espacio para el desarrollo de múltiples tesis doctorales”.
El fenómeno del Tech-Neck
Si bien es complejo identificar rasgos que refieran exclusivamente a una actividad, los análisis de las patologías de este tipo de colecciones permiten observar a nivel epidemiológico las lesiones óseas que puedan surgir o agravarse a partir del modo de vida de nuestra sociedad contemporánea.
Es el caso del llamado Tech-Neck, un fenómeno causado por el uso prolongado de dispositivos tecnológicos (celulares, tablets, computadoras portátiles) que causa lesiones músculo-esqueletales en la región del cuello. Mantener la cabeza hacia abajo, o estirar el cuello para acercarse a la pantalla provoca que el peso soportado por la musculatura se incrementa, provocando mayor carga en las vértebras cervicales.

Plischuk confirma que “se ha observado en alumnos universitarios, e incluso la prevalencia puede ser mayor, ya que los pacientes jóvenes sólo se realizan radiografías si presentan algún síntoma como dolor o rigidez”.
Sin embargo, según el experto, para analizar este fenómeno en colecciones esqueletales existen algunas limitaciones, “ya que se debe contar con un número de esqueletos elevado para que la muestra sea representativa. Sumado a esto, y si bien los efectos ya se están viendo a raíz de las consultas en centros de salud y consultorios, el sistema esqueletal se ve afectado con posterioridad a la musculatura, con lo cual deberíamos esperar varios años para poder investigar esta condición en esqueletos que ingresen en la colección”.
La ciencia forense
Desde 2005, el equipo de antropólogos/as que integra el LICIF se dedica a una amplia variedad de proyectos de investigación, docencia y extensión relacionados con la osteobiología y antropología forense.
“Durante los últimos años, hemos desarrollado diferentes líneas de investigación -comenta Desántolo-. En la línea abocada a Métodos de Identificación desarrollamos diferentes técnicas para estimar la edad, sexo y estatura a través de los restos óseos humanos; en Antropología Dental analizamos dientes para descubrir información sobre la salud, la edad y características de las personas; en la línea dedicada a Enfermedades de los Huesos (Osteopatologías) investigamos rastros de enfermedades y condiciones que afectan a los huesos».

Y añade: «En Microestructura Ósea observamos la estructura interna (tejido) de los huesos para saber sobre la edad de los individuos y para poder diferenciar si un hueso es humano o no humano; en los Estudios de Salud y Enfermedad (Epidemiología) investigamos cómo ciertas condiciones de salud afectan a a personas en diferentes épocas; y finalmente en Arqueología Forense y Tafonomía estudiamos cómo se preservan o alteran los restos óseos con el paso del tiempo y en distintas condiciones ambientales”.
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